Laguna Amarga

En un paisaje de olivar, viñedos y cereal de la fértil campiña cordobesa destacan estos oasis rodeados de eneas, carrizos, juncos y cañas que posibilitan la existencia de un gran número de aves y especies vegetales junto con las lagunas permanentes de Zóñar y Rincón y otras estacionales como Tíscar, Jarales y Salobral. Todas ellas han sido protegidas por su importancia en la invernada y nidificación de aves acuáticas que, junto con la variedad de los suelos, posibilitan la existencia de aves y especies vegetales.

Es llamada así por las sales que contiene, consiguiendo un sabor único.

En cuanto a la vegetación acuática, destaca el pez pejerrey por su rareza en las aguas continentales de la Península. La famosa malvasía, la más célebre del espacio, se puede conocer por su grueso pico azulado y por su cola siempre levantada. Además, la laguna acoge al porrón, la focha común, el zampullín común, el pato colorado, el petirrojo y la curruca capirotada.

Albergan también un buen número de otras especies como galápago leproso, culebra viperina y culebra collar. Además, también está presente un mamífero acuático como es la rata de agua.

La Laguna Dulce, situada a unos 50 metros de la Amarga,  presenta en sus aguas unas características físico-químicas  muy diferentes, tal y como indica su propio nombre.  Una posee aguas amargas y la otra aguas dulces. Una es estacional y la otra permanente. Todo ello hace que existan diferentes especies en cada una de ellas, aumentando la diversidad del conjunto y complementándose ambas.

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